Existen 7 leyes universales que explican cómo funciona nuestra realidad y cómo podemos materializar todo eso que anhelamos dentro de ella.
Según la literatura universal, estas leyes fueron extraídas de las tablillas esmeralda, un texto de carácter críptico que fue hallado en Egipto, y que se dice, fue escrito por el mítico Hermes Trismegisto.
Hermes era considerado una personificación de la sabiduría suprema y para los egipcios era mejor conocido como el dios Thot. Muchos años más tarde, todas las enseñanzas relacionadas con estos principios o leyes, fueron descritas y recopiladas en el año 1908 en el famoso libro llamado Kybalión.
Veamos cuáles son:
7 leyes universales que explican cómo funciona la vida
Todos estamos regidos por estas leyes universales y cuando no estamos alineados a ellas, la naturaleza buscará la forma de hacérnoslo saber:
1. La ley de correspondencia
Esta ley parte de la siguiente premisa:
Como es arriba, es abajo; y como es abajo, es arriba.
Aquí, se nos enseña que existe un código de creación y de comportamiento que se refleja tanto en lo más grande como en lo más pequeño. Es decir, hay una arquitectura que se repite arriba y abajo, todo el tiempo.
Se nos habla de la huella digital de la creación. Así, por ejemplo, están los rayos que se dividen y se bifurcan al caer, al igual que lo hacen los ríos, los árboles y nuestras propias venas o arterias. Todas estas cosas poseen una estructura patrón que refleja el macrocosmos y el microcosmos.
Por lo tanto, si queremos entender cómo funciona el universo, el mundo o la naturaleza, debemos empezar por conocer la forma en cómo funcionamos nosotros mismos, ya que estos patrones se repiten y están en todas partes.
2. La ley del universo mental
Esta ley tiene relación con ese famoso pensamiento o frase que dice: «Primero pienso, luego existo». Y efectivamente, la existencia no tendría sentido si no hubiese una mente que la crease.
En función de ello, se puede decir que la realidad material y energética en todas sus manifestaciones y apariencias, es considerada una mente total. Una mente que primero ordena, clasifica y visualiza, para posteriormente manifestar.
De hecho, el universo es similar a un inmenso cerebro que posee cientos de conexiones muy parecidas a las conexiones neuronales.
El entendimiento de este principio nos ayudará a comprender que nuestra realidad material o exterior, es consecuencia de nuestro estado mental interior.
3. La ley de vibración
Esta ley se define con el siguiente enunciado:
Todo está en constante movimiento. Todo se encuentra en vibración y resonancia.
A través de este principio podremos entender que tanto la manifestación de la materia como de la energía, incluso la mente y el espíritu, poseen estados de frecuencia y de resonancia. Así mismo, esta frecuencia o resonancia se siente y se traduce en un estado del ser, el cual puede ser de alto astral o de bajo astral.
En ese sentido, cada estados posee una vibración y una frecuencia, y esto, es algo que se ha comprobado científicamente al estudiar los átomos y las moléculas. Así pues, todo se encuentra vibrando. Y el movimiento de todo, manifiesta la existencia.
4. La ley de polaridad
Esta ley plantea que, deben existir al menos dos estados en los cuales la materia deba oscilar. Esta ley va de la mano con la ley de vibración. Y es aquí, donde surge el concepto de dualidad, lo que, a su vez, da lugar al concepto de polaridad: el yin y el yang, el positivo y el negativo, el protón y el electrón, el masculino y el femenino, etc.
La ley de polaridad pareciese que da lugar a una posible separación, pero, en realidad, no es así. La separación no existe, ya que sin una polaridad, la otra polaridad no podría existir. Únicamente se habla de que existe un equilibrio o un balance, y que todo está conectado.
Este principio también nos enseña que no existe el aprendizaje sin antes tropezar; o que si no existiese la oscuridad, tampoco existiría la luz.
5. La ley del ritmo
Ha quedado claro, con el principio anterior, que todo tiene un equilibrio o un balance como resultado de dos estados o polaridades. Esto quiere decir entonces que al experimentar una polaridad automáticamente el universo nos llevará a experimentar la otra, de manera que todo fluya a un determinado ritmo.
La ley del ritmo: «Existe un ritmo en todas las situaciones que vivimos o afrontamos«.
Así, por ejemplo, las mareas van y vienen como las estaciones del año, como el día y la noche, y en la manifestación de la realidad el ritmo es algo necesario, ya que el final de una cosa lleva al comienzo de otra.
En otras palabras, la vida misma es un sube y baja de emociones y estados. Es una montaña rusa de eventos y experiencias.
6. La ley de causa y efecto
De todas las leyes universales, esta es una de las más trascendentales: Toda acción, tiene una reacción a través de los distintos planos de causa y efecto. Por supuesto, te hablo de los planos más sutiles, como el plano material y el plano espiritual o astral. Sobre este tema hemos hablado anteriormente aquí.
En sí, todo tiene un porqué: Las personas, los sucesos, las sensaciones, etcétera; todo ello actúa como una enseñanza de vida que no llega a nosotros precisamente por casualidad. Y en realidad, no existe la casualidad solo la causalidad, la razón, el porqué o el motivo de algo.
7. La ley de generación
Esta ley habla de la procreación cíclica de todo lo manifestado. Este principio va mucho más allá de lo que es la creación a través del masculino y del femenino. En sí, se ayuda de esta polaridad para crear una generación tras otra generación. Es decir, da lugar a la creación cíclica, y trabaja siempre en una sola dirección: la creación o la generación.
Comprender cada una de estas leyes universales nos dará una idea de cómo se manifiestan muchas de las situaciones que vivimos o de cómo podemos movernos para poder crear un equilibrio en nuestra vida, y vibrar de manera más positiva. Así pues, espero esta lectura te haya servido y sirva de guía en ello.
Para finalizar, extiendo una invitación a leer sobre las 4 teorías que demuestran que somos seres infinitos, eternos e indestructibles.
Un saludo cordial
Por: Adrian Alberto ∼ lavidaysumagia.com
