Para dejar de procrastinar no existe un método fácil ni mucho menos mágico. El problema con la procrastinación no está relacionado con la motivación, sino más bien con la falta de claridad.
¿Pero qué significa procrastinar? ¿Qué tiene que ver con la disciplina?
Pues bien, la procrastinación es la dificultad que experimentan algunas personas para iniciar actividades, y comprometerse con las mismas, a pesar de ser importantes para esa persona.
Procrastinar se refleja en la expresión común “dejar las cosas para mañana, o para después”. Es un mal hábito que repercute en los proyectos y objetivos que cada persona tiene.
«El costo de la procrastinación es la vida que pudiste haber vivido»
Identificar la procrastinación, en ocasiones, no es tarea fácil. A menudo se camufla entre un gran abanico de emociones.
Sin embargo, es fundamental poder identificar este mal hábito, dado que por su naturaleza frena nuestra vida y en algún aspecto la detiene, alejándonos de nuestros objetivos e incluso de nuestros propios valores.
3 estrategias para dejar de procrastinar y ser más disciplinado
Seguramente estas frases te resultaran familiares: “Mañana lo hago”, “En un rato me siento a terminar ese trabajo”, “Mejor lo dejo para mañana”, “Estoy cansado, luego lo termino”, y así muchísimas frases para posponer lo que debes hacer ya.
Las consecuencias de mantener el hábito de postergar actividades tarde o temprano te pasará factura. Empezarás notando acumulación exagerada de tareas, manifestando estrés laboral, cansancio, bloqueo mental, desorganización y muchas otras señales que te indicarán que tienes que hacer algo para trabajar lo más eficiente posible.
Para eliminar este mal hábito, es necesario disciplinar la mente y reeducarla. Si tu propósito es lograr esa disciplina tan necesaria, y evitar que tu productividad decaiga, no te pierdas estas 3 estrategias para dejar de procrastinar:
1. Identifica tus distracciones
Organiza tu tiempo y tus tareas. Comienza tus mañanas con una rutina, con un horario planificando. Diseña tu lista de objetivos, que marquen sentido, orden y ritmo en tu día a día.
La disciplina es la parte más importante del éxito. (Truman Capote)
Ve identificando tus distracciones y evalúalas.
Si consideras que es el teléfono lo que te distrae, déjalo lejos de tu escritorio, en otra habitación, o desactiva las notificaciones.
Si hay alguien que te habla mucho, pídele con amabilidad que no te moleste mientras estés ocupado. Si tienes el hábito de mirar cada cierto tiempo las redes sociales, desactiva las aplicaciones, y las activas luego, cuando hayas terminado tus actividades. Todo va a depender del esfuerzo que coloques para reeducarte.
2. Divide las grandes tareas en partes pequeñas
Evita “hacer todo de golpe”.
¿No te ha pasado que dejas acumular tal cantidad de tareas, que luego no sabes por donde comenzar?
Generalmente, cuando te sientes incapaz de manejar una tarea, te surge la tentación de aplazarla, para hacer otra que te resulte más agradable. Es importante crear consciencia sobre este sutil aspecto, y animarte a seguir intentando terminar con lo que habías comenzado. ¡Luego te darás la recompensa de un rato de ocio!
Procura fijarte una meta de tiempo en la que vas a evitar aplazar tus actividades para ir a distraerte en redes sociales o navegar en internet. Todo tiene su tiempo, así que divide tus tareas y cada cierto tiempo, puedes relajarte haciendo lo que te gusta. 
Divide tus tareas, planifícalas y luego de cumplirlas, recompensa tu esfuerzo. Esa sensación de bienestar al final te ayudará a estar más enfocado y disciplinado para plantearte nuevos objetivos.
3. Primero las tareas, luego el ocio
El tiempo de ocio tiene también sus beneficios para la salud mental. Solo basta que sepas definir donde comienza esa frontera que separa el ocio de tus actividades cotidianas.
Es importante que logres priorizar tus tareas y el trabajo pendiente, de manera que el ocio no se convierta en un problema.
Para dejar de procrastinar, simplemente grita ‘NO’ a la excusa que te das, de “más tarde tendré tiempo para acabar el trabajo”. Esta actitud negativa hace que tu mente empiece a priorizar erróneamente el ocio, como ver series, jugar a videojuegos, navegar en internet, hablar por el chat de amigos/familia, u otras distracciones comunes en tu vida, y por ende, comenzarás a postergar esas actividades y obligaciones para después.
¡Así que, primero haz tus tareas y deja de procrastinar!
Para finalizar, te invito a leer también: Aprende a entrenar tus pensamientos
Por: Edduard Alexander Rebolledo – lavidaysumagia.com
