El síndrome de la cabaña no es algo nuevo.
Se dice que, en el año 1900, cuando los buscadores de oro en Estados Unidos debían confinarse en cabañas y después tenían que volver a su vida normal, empezaban entonces a desarrollarlo.
Por lo tanto, este síndrome se da cuando se termina de afrontar un confinamiento.
La persona que debe volver a su rutina diaria o a la normalidad, manifiesta ansiedad, estrés, miedo, cansancio, fatiga, e incluso, apatía.
Pero, ¿por qué se desarrolla? ¿Y cómo podemos hacerle frente?
En esta ocasión, vamos a hablar un poco más sobre él, ya que, a lo mejor, lo estás escuchando mucho en boca de tus amigos, familiares o en diversos medios de comunicación.
El síndrome de la cabaña
En la actualidad, varios países ya están tomando medidas que flexibilizan un poco este periodo de confinamiento causado por el virus SARS-CoV-2.
Algunos, por ejemplo, han adoptado una fase 1, donde se otorga la libertad de poder salir un poco.
De acuerdo con esto, hay gente que, ya ha empezado a salir a la calle a caminar, trotar o tomar un poco de aire fresco.
Sin embargo, hay otras personas que se quedan encerradas en casa, por el simple motivo de que no quieren salir, pues sienten miedo, estrés y ansiedad. Así pues, han hecho de su casa un lugar de protección, sobre todo del virus que aún, está ahí afuera.
Este grupo de personas se sienten muy seguras en casa. Y tener que volver a la normalidad o tener que volver a salir, desplazarse en coche e ir a lugares en donde acude mucha gente, produce en ellas algo de estrés.
A esta sensación, se le conoce como el síndrome de la cabaña.
Ahora bien…
¿Qué recomiendan los psicólogos para tratarlo?
Primeramente, cabe destacar que, este síndrome no es una patología, así que, no hay de que asustarse. A medida que vayamos volviendo poco a poco a la normalidad, este se irá pasando.
Lo que sí es cierto, es que puede llegar a agudizarse y en caso de que no se busque una solución al respecto, se puede llegar a convertir en una agorafobia.
Por lo tanto, es sumamente importante prestarle la debida atención.
Lo que muchos psicólogos recomiendan es no forzarse a sí mismo a salir de casa. No al menos los primeros días.
Es decir, según la fase 1, adoptada en algunos países, ya es posible salir; pero, no se puede forzar a alguien a salir si no quiere. No es lo más recomendable.
Si, por el contrario, la persona decide salir, pues se siente preparada para hacerlo, entonces no hay inconveniente.
Por otro lado, si se levantan las medidas de confinamiento y llega a pasar un tiempo, pero, aún nos negamos a salir, pues sentimos miedo, estrés, ansiedad, apatía o fatiga, entonces ahí sí, estamos frente a un problema que puede ser perjudicial y negativo.
En este último caso, lo más aconsejable es salir poco a poco, de forma gradual y sin presiones. Incluso, se puede pedir ayuda de algún familiar para ir afrontando este proceso. Eso sí, teniendo presente todas las medidas de precaución recomendadas: cumplir con el debido distanciamiento, usar mascarillas y alcohol en gel. Esto último, sobre todo en aquellos países donde poco a poco se está levantando la cuarentena.
¡Cuidado con la ansiedad!
Se comenta que el síndrome de la cabaña será mucho más común en aquellas personas que tengan un problema base de ansiedad o trastornos como la depresión y la hipocondría, que consiste en el miedo excesivo a enfermarse.
El temor agudiza los sentidos. La ansiedad los paraliza.
Por lo tanto, es importante no pasar por alto este síndrome, sobre todo en esos casos. Y si tenemos un familiar con un problema de este tipo, es necesario ayudarlo, prestarle la debida atención y buscar ayuda de un profesional en caso de que sea necesario.
Para finalizar, te invito también a leer sobre cómo el hecho de leer noticias negativas puede afectar tu bienestar mental.
Un saludo cordial.
Por: Adrian Alberto ∼ lavidaysumagia.com
