Aprende a amar tu SOLEDAD y busca en ella la forma de crecer
¿Cómo podemos superar la soledad?
… o, mejor dicho, ¿cómo podemos usarla en nuestro proceso de crecimiento personal y espiritual?
Se sabe que, el ser humano es un ser sociable por naturaleza. Sin embargo, también es un ser consciente, sobre todo al momento de formar lazos significativos con los demás.
En ese sentido, hay al menos dos situaciones en las cuales podemos llegar a sentirnos solos:
- Cuando no encajamos o no formamos vínculos con otras personas.
- Cuando las personas con las cuales habíamos formado ciertos lazos significativos, terminan yéndose de nuestras vidas.
Pero, ¿cómo podemos afrontar estas situaciones?
Se los explico a continuación
Primeramente, ¿Qué es la soledad?
Desde una perspectiva consciente, la soledad es un espacio. Es ese periodo de reset o de calibración de nuestras necesidades, objetivos o aspiraciones.
Definirla entonces como un espacio o como un periodo, quiere decir que esta no va a durar para siempre. Consiste simplemente en plantearse un cambio de mentalidad. Algo que nos permita entender que:
El hecho de estar solo, no quiere decir que debamos sentirnos vacíos.
¡Así es! “Querer estar solo” es más bien una forma de buscar ese lugar en el cual podamos apreciarnos y enfocarnos en lo que realmente importa para nosotros y no para los demás.
En ocasiones, cuando uno convive con muchas personas, es fácil que se pierda el enfoque y la percepción a causa de los juicios que emiten otros. Estos juicios y creencias son denominados paradigmas. Y vivir bajo el paradigma de los demás, impide que nuestro espíritu pueda ser libre.
Los juicios y creencias de los otros únicamente crean ruido en nuestro subconsciente y nos hacen caer en la trampa de ver al mundo desde afuera hacia adentro.
Y ver al mundo desde afuera hacia adentro, solo nos obliga a querer compararnos con los demás o a querer valorarnos en base a lo que digan, piensen o perciban otras personas.
Sin embargo, quiero que sepan algo…
La soledad es la única que nos reinicia, nos regresa a nuestro ser más auténtico y nos permite sanar nuestras perspectivas, nuestras creencias y nuestra esencia.
En efecto, de vez en cuando es necesario estar solos, para reencontrarnos y redescubrir quiénes somos y qué es lo que realmente queremos. De esta manera, podremos ver al mundo como es: desde adentro hacia afuera. Y, por supuesto, dar lugar a la sabiduría.
Ya lo dice un famoso dicho:
La sabiduría únicamente se extrae en momentos de soledad y de reflexión.
Y una vez que hayamos comprendido esto, podremos enfrentar otro problema que suele surgir en muchos de nosotros: el miedo a estar solos.
¿Cómo superar el miedo a estar solos?
Debemos entender una cosa: Estar solo no significa estar sumergido en la oscuridad, tampoco es sinónimo de miedo, ni de fantasmas, ni de tristeza, ni de estancamiento.
Simplemente es el momento justo para entrar en acción en cualquiera de nuestros deseos. Consiste en tomar las riendas para emprender nuevos proyectos, para leer o para aprender cosas nuevas. Incluso, para dejar nuestra creatividad fluir.
Ya lo decía Arthur Schopenhauer, un filósofo alemán:
La soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes.
Por otro lado, recordemos que, son la iniciativa, la curiosidad y la creatividad, las que alimentan nuestro espíritu y lo fortalecen; por lo que, estar solo, es el momento justo en el que tu mente llega a la reflexión por sí sola.
El verdadero significado de «estar solo»
En función de lo anterior, concluiré diciendo que, la soledad es:
- Regresar a nuestra esencia más auténtica, de forma que podamos ver de nuevo al mundo desde adentro hacia afuera.
- Un estado en el cual nuestras creencias, nuestros ideales y nuestra personalidad, poseen un criterio firme e inquebrantable, ante los prejuicios de los demás.
- Una forma de reflexionar y de sentir paz.
- Una herramienta de crecimiento personal y espiritual.
- Un periodo o un ciclo que va a terminar y que en cualquier momento va a comenzar nuevamente. Pero, es necesario que suceda.
Por último, puede que nuestro motivo de soledad sea que los nuestros ya no se encuentren cerca de nosotros, pues se han ido, o nosotros nos hemos alejado de ellos por ciertos motivos y circunstancias. Sin embargo, debemos entender que nada es para siempre y que todo es un ciclo en la vida, como bien lo señalé anteriormente.
Puede que este alejamiento sea temporal o definitivo, pero, más allá de ello, debemos tener presentes que, los eventos que vivimos con esas personas, no son únicamente para extrañarlos, sino también para extraer enseñanzas que nos puedan hacer mejores seres humanos, más aptos para lo que está por venir.
Espero que esto que leyeron aquí, les haya sido de gran utilidad y sin más que agregar, les invito también a practicar un sencillo ejercicio que les permitirá escuchar a su ser interior.
Un saludo cordial.
Por: Adrian Alberto ∼ lavidaysumagia.com