El enojo opaca y envenena tu alma… ¡Cuidado!
Si estamos enojados, ¿Qué se supone que debemos hacer para calmarnos?… o bien, si tendemos a enfadarnos con facilidad, ¿Cómo podemos entonces lidiar con el enojo o con ese sentimiento de ira arraigado?
Antes de dar respuesta a estas preguntas, sería conveniente preguntarse primero: ¿Quién es la víctima del enojo?
Cuando el sabio se enfada, deja de ser sabio.
El Talmud
Voy a plantearte la siguiente situación: si estás enojado bien sea con tu hermano, tu padre o tu madre, ¿Reaccionarás con ellos de la misma forma en la que reaccionas cuando estás enojado con algún amigo o compañero de trabajo?… Posiblemente no.
Pregúntate entonces nuevamente: ¿Quién es la víctima de ese enojo?…
Sí, así es… ¡Uno mismo es la víctima!
¿Hay alguna forma de lidiar con el enojo?
Muchas personas piensan que la ira o el enojo forman parte de la naturaleza del ser humano; pero no, esto no es así.
Si por algún motivo te molestas, ¿Realmente te siente a gusto con ese sentimiento?… Seguramente no. A nadie le gusta estar enojado, pero ¿Por qué nos enojamos?
¿Qué elegirías: enojo o alegría?
En nuestro alrededor hay mucha gente que posiblemente hace cosas que no nos agradan. A lo mejor en el lugar en donde vivimos puede que estén sucediendo cosas que nos incomodan totalmente. Sin embargo, todos los días sucederán estas cosas y nos encontraremos con gente actuando quizás de forma negativa, pero ¿vamos a permitir que la rabia entre a nuestras vidas por causa de algo que sucede o por causa de otros?
Es uno mismo quien puede decidir qué emociones o sentimientos van a formar parte de nuestra vida. Si algo es bueno, lo dejamos entrar. Si algo es malo, mejor ni dejarlo pasar. Y si tú pudieses decidir qué vas a permitir que entre en tu vida, ¿Qué elegirías? ¿Enojo o alegría?
Los sentimientos negativos no se heredan
Generalmente, buscamos el más alto nivel de alegría, placidez y tranquilidad; pero ¿qué acciones tenemos para que esto tome lugar en nuestras vidas? ¿Por qué nos cuesta tanto conseguir ese regocijo y esa paz mental?
La respuesta está en lo que dije antes: uno mismo es quien puede decidir qué emociones o sentimientos van a formar parte de nuestra vida. Y no, no sigas ese mal ejemplo de algunas personas que dicen cosas como: «No, mi madre también era así, mi abuela también se enojaba, así que yo también heredé ese mal carácter».
Ten en cuenta que no heredamos ningún tipo de comportamiento negativo. Las emociones y los sentimientos no se heredan. Se experimentan a diario; están en constante cambio y evolución.
Así que en tu pensamiento, en tu emoción y en tu cuerpo, deben ocurrir aquellas cosas que tú quieras y de la forma en que tú lo permitas.
No seas un esclavo del enojo
Si algo o alguien decide qué es lo que debe suceder dentro de tu vida, entonces déjame decirte que vives esclavizado.
Es cierto eso de que no puedes decidir lo que sucede a tu alrededor; pero también es cierto que nadie debería decidir lo que sucede dentro de ti, excepto tú mismo.
Si tú decides qué cosas deben suceder en tu vida, te mantendrás en el más alto estado de regocijo y alegría. Vivirás con seguridad y te aseguro, no pelearás más con ese sentimiento de ira.
El mejor luchador nunca siente rabia.
Lao Tse
Y recuerda, no se trata solo de rabia, de miedo, de estrés o de tensión. No trates a estos sentimientos de forma aislada.
Solo tú puedes decidir si vas a permitir los sentimientos negativos en tu vida o si les vas a cerrar la puerta. Tu poder mental es más grande de lo que crees; así que prueba con hacer cosas diferente y observa cómo funciona esto en tu vida, pero eso sí, ten en cuenta algo esencial: con enfado o con ira, nunca arreglarás nada.
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Por: Adrian Alberto ∼ lavidaysumagia.com